viernes, 14 de diciembre de 2007

Corea, unido por una montaña diamantina

Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña, reza el refrán. Y digo yo, teniendo un blog de viajes, ¿tengo que ser yo siempre la que me desplace? ¿No podrían los viajes venir a mí? Me explico, porque entre refranes y quiasmos torpes nos perdemos. Mediante los canales RSS de diferentes fuentes que previamente yo haya seleccionado, puedo recibir la información cuando ésta se produzca, en lugar de tener que ponerme yo en movimiento para buscarla. La comodidad que se gana es evidente. Por ello, he decidido poner en marcha una cuenta en Bloglines y convertirme en una viajera comodona... que ya llevo muchos trotes virtuales. Tras suscribirme a Bloglines me he dirigido a los Canales RSS del periódico El Mundo y me he suscrito automáticamente (mediante la B del Bloglines) a la sección de cultura, ya que puede proporcionarme noticias referentes a viajes o la cultura de otros países. Análogamente, en Google News me he sindicado a todas las noticias relacionadas con viajes.
De este modo, me he enterado de que el poeta leonés Antonio Colinas, ha publicado un libro sobre sus viajes a Corea titulado "Cerca de la Montaña Kumgang", una montaña que no es precisamente la de Mahoma que citaba al principio pero a la que, según el poeta y mis averiguaciones posteriores, sí merece la pena ir si, como previsiblemente ocurrirá, ella no acude a nosotros. Desde luego, los coreanos lo tienen muy claro. Ahora veremos por qué: situada en Corea del Norte, supone un vínculo en ese país escindido secularmente, el cual, tan cruentamente, fue objeto de ofensivas civiles en plena Guerra Fría, allá por 1953, cuando se dividió definitivamente, tras un conato en la segunda Guerra Mundial, en la República de Corea, situada en el norte peninsular y cuya capital es Pyongyang y que adoptó una ideología comunista cercana a la URSS y ahora afín al régimen chino, y la República Democrática Popular de Corea, al sur, con capital en Seúl y una línea de gobierno neoliberal. La montaña es un símbolo sagrado para ambos estados y significa "montaña del diamante". Corea es una península situada al este del continente asiático, entre el Mar Amarillo y el Mar del Este. En su parte norte, el territorio es más accidentado. Allí se concentran la mayoría de las montañas que ondulan su superficie y que constituyen el 70% de su relieve. Muestra representativa es la susodicha montaña Kumgang. Por contra, la costa de Corea del Sur, es más escarpada.















Son, en fin, dos territorios con topografía, idiosincrasia, gente diferente, con una historia partida pero que, sin embargo, deja sus diferencias a un lado cuando de reverenciar a algo tan imponente como una montaña se trata. Porque las montañas, eternas e inamovibles, al margen de cambios y rupturas, como todas las cosas esenciales, nos elevan y nos sobreponen a nuestras miserias "de nivel de suelo" y, cuando logramos alcanzar la cima de la comprensión, desde la que se atisba una panorámica en la que las diferencias, que apenas se divisan allá abajo, se disuelven, estamos conquistando un tesoro que vale tanto como el más grande de los diamantes.



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